Pelo: para qué sirve y cuánto tenemos a lo largo de nuestra vida
Todos nacemos con él y nos acompaña a lo largo de nuestra vida… casi siempre. Y con pelo no sólo nos referimos al que cubre nuestro cuero cabelludo, sino también al que está presente en otras zonas de nuestro cuerpo. Porque, en realidad, cubre toda la superficie cutánea excepto las palmas de nuestras manos, las plantas de los pies y la piel que recubre la boca y los genitales (lo que conocemos como mucosa).
El pelo es pues uno de los componentes de nuestra piel junto con las glándulas sudoríparas (encargadas de producir sudor), las glándulas sebáceas (que producen sebo o grasa) y la uñas. Podemos entenderlo como un tipo modificado de piel formado por una fibra de queratina (una proteína insoluble en agua, con una estructura muy fibrosa y rica en azufre).
El pelo forma parte de lo que conocemos como unidad pilar, compuesta por el folículo piloso, el músculo erector del pelo (el encargado de poner nuestros pelos de punta ante determinados estímulos), la glándula sebácea y la glándula apocrina (productora de ese olor tan característico que acompaña al sudor y que para la ma).
¿Para qué sirve el pelo?
A lo largo de la historia, el cabello siempre ha sido una de las claves de la belleza (sobre todo femenina). Sin embargo, mientras cuidamos y mimamos nuestro cabello, tendemos a eliminar el resto del vello de nuestro cuerpo (sobre todo, de nuevo, las mujeres): axilas, ingles, piernas, etc., por considerarse antiestético o poco femenino en la mayoría de las culturas (aunque esto es algo que también va cambiando en los últimos años).
Lo que muchos no sabemos es que la función principal de nuestro pelo es conservar la temperatura de nuestro cuerpo, atrapando el aire entre la especie de malla que forman unos pelos junto a otros y manteniendo el aire templado, como una interfase térmica con el exterior.
Y además de mantener la temperatura corporal, también cumple otra función esencial: la de proteger nuestra piel de los efectos de los rayos ultravioletas. Es una barrera protectora, que protege a la piel del cuero cabelludo del clima: frío, calor, viento, rayos ultravioletas… Además, también actúa contra otros agentes externos, evitando por ejemplo que el polvo y el sudor afecten negativamente al cuero cabelludo (y a los ojos, en el caso de pestañas y cejas).
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¿Cambia el número de cabellos que tenemos a lo largo de nuestra vida?
Así es. Cuando nacemos, nuestro cuero cabelludo ya cuenta con todos los folículos pilosos que tendremos a lo largo de nuestra vida, y que irán disminuyendo de forma paulatina (si no se da ninguna enfermedad o problema capilar concreto en la persona). Aún así, es frecuente pensar que un recién nacido tiene menos pelo del que luego tendrá. Esto se debe porque, durante los primeros meses de vida, el bebé todavía no tiene desarrollado correctamente ni regulado el ritmo biológico del pelo, y no percibimos como cabellos todos los folículos, aunque realmente ya estén ahí, en el cuero cabelludo, esperando su momento para empezar a producir más pelo.
La proporción de esta pérdida fisiológica de nuestro cabello sigue, por lo general, este modelo:
-Número de folículos pilosos en un recién nacido: 1.135 cm2
-Número de folículos pilosos a los 30 años: 615 cm2
-Número de folículos pilosos a los 6 años: 485 cm2
A medida que envejecemos, vamos perdiendo folículos. Por ello, es realmente importante no descuidar la salud de nuestro cabello, para no perder más pelo del que la naturaleza y nuestra genética tiene previsto ;). Como siempre, buena alimentación, una correcta higiene, unos cuidados básicos, y la visita a un especialista o clínica capilar ante la sospecha de que algo no va como debería, son los mejores consejos que podemos darte para que mantengas siempre tu cabello en plena forma.
Y recuerda que, como aseguran nuestros tricólogos en Capilárea, es normal perder hasta 100 cabellos diarios. Si notas que la caída puede ser más abundante o ves que pierdes más cabello de lo habitual, no lo dudes y consulta con tu especialista para averiguar cuanto antes la causa del problema y encontrar la mejor solución o tratamiento capilar para ponerle fin.