¿Qué es y cómo reconocer el Efluvio Telógeno o Telogénico?
Efluvio Telógeno (también conocido como Efluvio Telogénico). ¿Te suena el término? ¿Te lo han diagnosticado? El Efluvio Telógeno es uno de los problemas capilares que se han dado con más frecuencia durante la pandemia actual provocada por la COVID19. En estos últimos meses, su diagnóstico ha crecido notablemente, tanto en hombres como en mujeres. Pero, ¿en qué consiste y cómo podemos reconocerlo?
Como ya hemos comentado en anteriores post, el 50% de las mujeres en España sufre, en algún momento de su vida, un problema de caída del cabello. Las causas pueden ser muchas: una alimentación pobre y poco equilibrada que no llegue a nutrir adecuadamente nuestro pelo, ciertos cambios hormonales en épocas concretas, secuelas que pueden provocar el estrés y la ansiedad en nuestro pelo… Y muchas veces, todos estos problemas de caída tienen un diagnóstico concreto: el Efluvio Telógeno o Efluvio Telogénico.
¿Qué es el Efluvio Telógeno?
Como decíamos, se trata de un problema capilar que afecta tanto a hombres como a mujeres, y sus causas pueden ser muy diferentes: desde una reacción a un tratamiento o cambio hormonal, por algún tipo de infección o bien tras un período de estrés continuado o ansiedad, como decíamos antes. Se produce porque, muchos de los folículos pilosos que están en lo que llamamos la fase Anagen (o de crecimiento del cabello), se saltan de pronto esta fase y pasan antes de tiempo a la fase Telogen (o de caída del cabello), de ahí su nombre: Efluvio Telógeno (o Telogénico).
Aquí no hablamos de una herencia genética, el Efluvio Telógeno no es hereditario. Es más bien una de las formas que tiene nuestro organismo de reaccionar frente a un factor externo, como puede ser un estrés psíquico por la pérdida de un familiar, un duelo, una separación traumática o un divorcio, una mala situación laboral o familiar, etc.
Algunas veces, este estrés psíquico no es tanto la causa del problema, pero desde luego ayuda a que el proceso empeore. El estrés es uno de los peores enemigos de nuestro cabello. Cuando estamos estresados, aumentan en nuestro organismo los niveles de cortisol, una hormona que se libera como respuesta al estrés y que influye negativamente en el crecimiento del cabello. Esto está relacionado con ese paso repentino de la fase Anagen (o Anágena) a Telogen (o Telógena), que comentábamos antes. Precisamente, hay varios estudios que demuestran cómo se puede medir el nivel de estrés de una persona analizando su cabello, tomando como medida los niveles de cortisol que hay en su pelo durante los últimos meses.
En otras ocasiones, la causa que da origen al Efluvio Telógeno es más bien física: como una enfermedad grave, una pérdida de sangre importante, puede aparecer también tras someterse a algunas cirugías, o como consecuencia de infecciones agudas, con fiebres altas, hemorragias…, como respuesta a las radiaciones ultravioletas o a dietas y alimentación inadecuada, etc.
Y también es más frecuente en épocas concretas de cambios hormonales (sobre todo en al mujer) como en el postparto, en la menopausia, al inicio o al terminar ciertos tratamientos anticonceptivos hormonales o tras la ingesta de fármacos anticoagulantes.
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¿Cuáles son sus síntomas?
Una de las señales para poder reconocerlo es que provoca una caída abundante de nuestro pelo en poco tiempo. Es lo que también se conoce como “alopecia nerviosa”, una caída difusa, que si se convierte en algo crónico, termina por afectar a todo el cuero cabelludo, incluidos los laterales de nuestra cabeza. Al peinarnos o al levantarnos de la cama, nos damos cuenta de que estamos perdiendo más pelo de lo normal, y es esta caída repentina la que puede servirnos como señal de alarma. Es entonces cuando recomendamos acudir a un dermatólogo o clínica capilar para cerciorarnos de si, efectivamente, estamos ante un caso de Efluvio Telógeno o bien ante otra patología, antes de decidir el tratamiento capilar más conveniente en ese caso concreto.
Es frecuente confundir el Efluvio Telógeno con otro tipo de problema capilar como es la Alopecia Androgenética, pero no tiene nada que ver realmente. Ambas son pérdidas difusas del pelo, pero mientras en Efluvio se da de forma más repentina, la Alopecia Androgenética es una pérdida de cabello más lenta. No la notamos de pronto, sino que vemos cómo, a lo largo de los años, vamos perdiendo densidad y grosor del cabello y cómo se va “clareando” cada vez más nuestro cuero cabelludo. La Alopecia Androgenética conlleva una causa genética, hereditaria, algo que con el Efluvio no se da.
Además, como hemos visto, en el Efluvio hay un salto prematuro de la fase de crecimiento del pelo a la de caída, que es lo que provoca que lo perdamos. En cambio, en la Alopecia Androgenética son las hormonas masculinas (los Andrógenos) lo que atacan y debilitan al folículo piloso, miniaturizándolo, hasta que acaban con él y con el crecimiento de pelo nuevo, y lo hacen de una forma más lenta…
Efluvio Telógeno: ¿Cuál es el tratamiento más eficaz?
En el caso concreto del Efluvio, lo que se pretende con el tratamiento es volver a reactivar la fase Anagen (o de crecimiento) del cabello que hemos perdido de forma brusca, por lo que se recomiendan habitualmente tratamientos que estimulen el crecimiento del nuevo cabello y favorezcan la circulación sanguínea en el cuero cabelludo para acelerar la recuperación: como el Láser Capilar o tratamientos de Bioestimulación Capilar (Capilaxis o Bioestimulación Capilar con Minoxidil, BioDermia, Plasma Sanguíneo rico en Plaquetas, Dutasteride para la alopecia, Dioxiterapia…).
¿Qué no puede faltar en tu alimentación para evitar el Efluvio Telógeno?
Una restricción severa de calorías (provocada por una dieta muy estricta para perder peso, por ejemplo) o una falta de vitaminas, proteínas… puede conllevar problemas para nuestro cabello. Pueden llegar a provocar anomalías en la estructura de la fibra capilar y también su producción. Para tener un cabello sano y fuerte, una correcta alimentación es esencial. ¿Qué no puede faltar en tu dieta para alimentar bien a tu pelo? Estos son algunos alimentos que los expertos en Nutrición y dermatólogos recomiendan:
Frutos secos, como las nueces y almendras (son ricos en ácidos grasos esenciales omega-3 y omega-6, vitamina B, vitamina E, magnesio, zinc, etc).
HUEVOS (una fuente importante de vitamina D, proteínas y biotina).
PESCADOS GRASOS como el salmón, atún, sardinas… (aportan proteínas, vitamina D, grasas omega-3 y otros componentes que nutren y estimulan el crecimiento del cabello).
ALIMENTOS RICOS EN HIERRO (como las espinacas y otras verduras y hortalizas de hoja verde, las carnes rojas y las ostras que, según los expertos, aportan una dosis extra de hierro y zinc a nuestro pelo).
¿Te preocupa la caída del cabello? ¿Sientes que algo le pasa a tu cabello y no sabes qué lo puede estar causando? Como siempre insistimos, lo más importante es tener un buen diagnóstico y conocer la causa que nos está provocando el Efluvio (una mala dieta, el estrés, un cambio hormonal…) para ponerle remedio cuanto antes y recuperar la salud de nuestro cabello. Los tratamientos nos ayudarán, pero si no atajamos el problema de raíz, el pelo volverá a caerse y no habremos avanzado. La prevención, una vez más, es el antídoto frente a cualquier tipo de problema capilar. ¡Hazte con él!